sábado, 6 de febrero de 2010

El amo de mi destino, el capitán de mi alma

En la noche que me envuelve 
negra como un pozo insondable 
doy gracias al dios que fuere 
por mi alma inconquistable. 

En las garras de las circunstancias 
no he gemido ni llorado  
ante las puñaladas del azar 
si bien he sangrado jamás me he postrado.

Más allá de este lugar de ira y llantos 
acecha la oscuridad con su horror,
no obstante la amenaza de los años 
me haya y me hallará sin temor. 

Ya no importa cuan recto haya sido el camino 
ni cuantos castigos lleve a la espalda 
soy el amo de mi destino 
soy el capitán de mi alma. 


Poema de William Ernest Henley, película "Invictus"