lunes, 25 de julio de 2011

Recuerdos de un fin de semana

Mi amiga Inma (@inmadll) tiene la extraña teoría de que si una mañana no te acuerdas de lo que hiciste la noche anterior de fiesta, es que te lo pasaste de puta madre (ya, ya lo se...pero son mis amigos y ya los tengo medio educados con lo que no los voy a matar).

Hoy me he puesto a ojear fotos de las casas rurales a las que asistí este fin de semana con ellos y, por qué mentiros, hay muchas de las que no tengo constancia. Después he pensado que a lo mejor tenía yo alguna metida en el móvil, de eso que vas hiper pedo y la haces para rememorar el momento y al día siguiente dices: cuando cojones me hice yo esta foto. Efectivamente, tenía una. Os la muestro




Uniendo la foto con la teoría de mi amiga lo confirmo: ha sido un viaje cojonudo

lunes, 18 de julio de 2011

El arte y el fútbol

Vídeo por gentileza de @aritaber



"El fútbol es más que un deporte, es una pasión. Y como todas las pasiones es inexplicable. Las cosas que se hacen, que se viven y que se sienten con el fútbol están fuera de toda lógica, de todo raciocinio. Las pasiones se sienten, se disfrutan o se sufren pero no se piensan, no soy objetivas. El fútbol apasiona al que lo prueba, con el primer bocado enamora y, aunque algunos momentos del manjar son extremadamente amargos, merece la pena dar ese primer bocado. Háganme caso, muerdan la manzana y no se arrepentirán"

jueves, 14 de julio de 2011

Los Vigilantes de la Playa

Hoy me he levantado a las nueve y media y he ido a desayunar a la cocina. Mientras lo hacía, he encendido la tele y me he puesto a ver la programación. Haciendo 'zapping' he llegado a La Sexta (creo) y me he encontrado con una vieja serie con la que tantos y tantos veranos he disfrutado: Los Vigilantes de la Playa.

Siempre he pensado que el éxito de una buena película o de una serie (comercial, me refiero) está sustentado en tres factores: tetas, acción y más tetas. Los Vigilantes de la playa no iban a ser la excepción. Aún recuerdo como nuestras madres nos ponían frente a la televisión en verano y observaban que, misteriosamente, nos quedábamos embobados cuando comenzaba:

- "Que maravilla de hijo tengo" - pensaban -"mira como se interesa por el socorrismo y admira como a héroes a esas personas que velan por nosotros" (ya sabéis vosotros lo ilusas que son las madres)

Pero el caso es que ya en la introducción te obnubilabas con Pamela Anderon, con Erika Eleniak, Carmen Electra y esas cámaras superlentas que te revelaban cada centímetro y, lo que es mejor, daban rienda suelta a la imaginación para que tu revelases en tu cabeza lo que ellas escondían.
Una serie de la re-mil-polla que me he comido desde los 12 hasta ahora, los 24.
Jamás en toda mi vida he visto un rescate como los que se hacían en Baywatch, probablemente jamás los vea pero te ponías a ver la serie y terminabas en la piscina flipándote como un cabrón y soñando con que alguna de ellas viniera aunque fuera a echarte la bronca por tirarte de 'bomba'

Os enseño la escena que me he comido esta mañana. Veréis que no tiene absolutamente nada que ver con los vigilantes pero efectivamente, son los Vigilantes de la playa.



Os transcirbo la conversación de los guionistas:

- Billy tio, ¡estamos jodidos!
- ¿Qué pasa Joe?
- Ya hemos gastados todos los tiburones, bombas terroristas, huracanes y demás para la serie, no sabemos que cojones poner en la escena del capítulo de la semana que viene, estamos perdidos Billy
- Tranqui Joe, pon tetas
- ¿Tetas? Dios Billy eres increíble, ¿cómo no se me habría ocurrido antes?
- Son muchos años de experiencia, trabajo y dedicación Joe, algún día tú tambien serás tan buen guionista como yo
- Gracias Billy, eso espero. Nos has salvado el culo

Y así sucesivamente cada semana


Por cierto, 400 entradas van ya en el blog. Gracias por seguir siguiéndolo a todos

lunes, 11 de julio de 2011

El día que vivimos un sueño

Hoy hace exactamente un año que todo un país se unió para tocar el cielo, para acariciar la gloria como nunca antes esta nación había conocido. Para ocupar el lugar que, por derecho propio, se había ganado durante años y que había tirado a la basura (o le habían arrebatado) tantas y tantas veces. El gigante despertó hace exactamente 365 días, esperemos que no vuelva a dormir. Disfrutadlo (otra vez)

martes, 5 de julio de 2011

El Monstruo del sillón

La noche se cernía sobre el pequeño poblado costero del norte de España. En su habitación, el chico se escondía bajo las sábanas, asustado por la tormenta que repiqueteaba con fuerza en la ventana. Solía sacar de vez en cuando la cabeza para observar al hombre que creía estaba sentado en el sillón del escritorio. Esperaba a que un relámpago iluminase el cuarto para lenta y disimuladamente, asomarse por el faldón de la cama y mirar en la dirección donde aquel ser misterioso se encontraba.

Efectivamente, estaba allí.

Pedro, que así se llamaba el muchacho, volvió a esconderse al borde del llanto en su refugio. Estaba demasiado asustado para huir o, simplemente, para pedir ayuda a su padre. Probablemente, el monstruo no se había percatado todavía de que él estaba despierto y, si se le ocurría gritar, su papá podría tardar más de la cuenta en llegar a socorrerle mientras que aquel ser espantoso estaría obligado a acabar con él.

La tormenta sonaba cada vez con más fuerza lo que aterraba todavía más al muchacho. Ya lo había estado otras noches cuando creía haber visto a otros seres, pero esta vez era verdad, estaba allí.
Decidió que tenía que actuar. No podía esperar a que ese ser se aburriese de mirarlo y le devorase. Él era demasiado pequeño para defenderse, pero seguro que su padre le daría una buena paliza. Así que se armó de valor y gritó con todas sus fuerzas. Fueron los segundos más tensos de su vida. A sus cortos cuatro años no recordaba haber pasado nunca tanto miedo. Esperó a que se produjera un ataque del intruso ahora que ya había descubierto que lo habían atrapado. Se abrazó fuerte a la almohada, pero esa embestida no llegó. De repente, la luz de su habitación se encendió y Pedro vio como su padre aguardaba medio dormitando en el marco de la puerta. Increíblemente, el malvado se había marchado. En su lugar, únicamente un montón de ropa que, mirándolo bien, tenía cierto parecido a ese maligno ser que acababa de huir de la habitación. De nuevo su padre le había salvado, era su héroe.

sábado, 2 de julio de 2011

Temazo con videzaco

Me acaban de pasar esta canción increíble acompañada por un videoclip excepcional. Hay que verlo si o si