En la boca de la Sierra del Segura,
guarecido entre almendros y olivos,
yace un lugar centenario y tranquilo,
con olor a tomillo, jara y espliego,
sabor a candelaria, migas y romero.
Mi pueblo, mi tierra, mi patria chica,
de colores de viruta, tinta y serrín.
El lugar que me acunó y me dió la vida,
donde los amaneceres deslumbran
y las noches no conocen fin.
Elche de la Sierra,
tierra de lidia, amor y verbena.
Elche de la sierra,
campos de trigo y olor a azucena.
Elche de la Sierra,
la casa a donde siempre volver,
a encontrar un abrazo sincero
o el beso tierno de una bella mujer.
Cuna del novillo, la casta y el toreo,
trozo de una España que permanece inmortal,
cielos azules, parajes de cuento de hadas,
lugar donde se comparte con todo el que viene
las maravillas que la vida nos da.
Elche de la Sierra,
tierra de lidia, amor y verbena.
Elche de la sierra,
campos de trigo y olor a azucena.
Elche de la Sierra,
la casa a donde siempre volver,
a encontrar un abrazo sincero
o el beso tierno de una bella mujer.
Y si alguna vez me encuentro perdido,
las estrellas me traerán de vuelta aquí,
a donde regresan mis mejores recuerdos,
de donde viene todo lo que he sido,
de donde nunca me termino de ir.
Elche de la Sierra,
tierra de lidia, amor y verbena.
Elche de la sierra,
campos de trigo y olor a azucena.
Elche de la Sierra,
la casa a donde siempre volver,
a encontrar un abrazo sincero
o el beso tierno de una bella mujer.