martes, 16 de febrero de 2010

Como me hice la cicatriz (IV)

Mucho se ha hablado sobre la cicatriz que serpentea en mi frente. He oído comentarios absurdos, noticias inventadas y anécdotas malintencionadas, que me han hecho armarme de valor y contar, de una vez por todas, la verdadera historia de mi vida y por consiguiente, de mi cicatriz.

Nací en una familia un tanto "especial". Mis padres fueron cruelmente asesinados al poco de llegar yo al mundo por un mago que la gente teme mencionar


Ete e el joputa

Fuí criado por mis tios que me hacían un booling increíble: tenía que cortarle las uñas de los pies a mi tia, podar el césped de mi tio (no el del jardín) y sacar la pelusilla del ombligo de mi primo el gordo.

Sin embargo, una noche cualquiera, un gigante barbudo vino a mi casa y me dijo que yo era mago y que la cicatriz que tenía en la frente me la había hecho el joputa de arriba. Me llevaron a un colegio extraño donde aprendí magia y demás movidas que no vienen al caso.


Colegio jogruas

La verdad es que fue muy duro ser el super popular del colegio, el que todas las niñas se querían tirar y siempre el centro de atención. Además tenía un pelirrojo como compañero que tenía nombre de debida alcoholica


Whiskey

Y otra tia hiperempollona que no salía nunca de la biblioteca y que creo que el pelirrojo se la zumababa, ¿o era el gigante peludo?


Hemorriones

El caso es que aquel lugar me acabó gustando y sobre todo recuerdo una clase en especial. Me acuerdo muy bien de aquella clase de sexología y de las horas extras que tenía con la profesora, la cual me cogió un gran cariño por cierto



Profesora

Esta es la historia de mi vida y de mi cicatriz. Espero que vuestra opinión sobre mi no haya cambiado

domingo, 14 de febrero de 2010

Día de los enamorados



Lamentable...

PD: Cuando creía que mi blog había muerto ha revivido, que alegría más grande...pronto nueva dirección

sábado, 6 de febrero de 2010

La calle de las prohibiciones

El otro día yendo para mi facultad llegamos a este cruce


Hasta cinco señales de prohibdo el paso y un semáforo en rojo...¿qué hicimos? Pues nada os escribo desde allí, por favor venid a buscarme

El amo de mi destino, el capitán de mi alma

En la noche que me envuelve 
negra como un pozo insondable 
doy gracias al dios que fuere 
por mi alma inconquistable. 

En las garras de las circunstancias 
no he gemido ni llorado  
ante las puñaladas del azar 
si bien he sangrado jamás me he postrado.

Más allá de este lugar de ira y llantos 
acecha la oscuridad con su horror,
no obstante la amenaza de los años 
me haya y me hallará sin temor. 

Ya no importa cuan recto haya sido el camino 
ni cuantos castigos lleve a la espalda 
soy el amo de mi destino 
soy el capitán de mi alma. 


Poema de William Ernest Henley, película "Invictus"