jueves, 4 de febrero de 2010

Una mujer desnuda y en los oscuro


"Una mujer desnuda y en lo oscuro
es una vocación para las manos
para los labios es casi un destino
y para el corazón un despilfarro
una mujer desnuda es un enigma
y siempre es una fiesta descifrarlo"

Poema de Mario Benedetti
Canción Joan Manuel Serrat


miércoles, 3 de febrero de 2010

Pocoanto

No es que yo sea poco, ¡porque yo soy mucho nenes! es que mi queridísimo amigo Pedro me ha obsequiado con mi Pocoyó.

Aquí está, contento con la vida, ataviado con un jersey azul a rayas y unos pantaloncetes marrones. Con una media sonrisa que lo hace más que irresistible y un pelo despeinado por la pereza de tener que peinarse a diario.

Muchas gracias por el regalo.

lunes, 1 de febrero de 2010

100 Cosas que tengo que Hacer antes de Morirme (nº 65)

Hoy permitirme que me explaye un poco más en la actualización, porque para mi es muy especial. He cumplido otra cosa, otro sueño de la lista. Concretamente la número 65: llenar una mesa del Aloha con botellines

Es algo especial por el cómo transcurrió. Lo intentamos en Navidad pero no pudo ser, fuerzas ajenas a nosotros lo impidieron, pero supimos levantarnos y lo hemos conseguido. Siempre había pensado que lo conseguiría, no tenía ninguna duda, pero me alegro de que la cosa no saliera como yo lo había imaginado. En mi imaginación pensaba en cuatro, cinco personas a lo sumo bebiendo cerveza como cosacos pero no fue así. Bien es cierto que la mayoría la bebimos entre unos pocos pero me enorgullece decir que fueron 25 personas las que consiguieron que mi sueño se hiciera posible. A todos ellos muchas gracias


Conchi
Inma
Estela

Majoma
Carmen
Loles
Ana CristinaIrene
Meli

Pablo
Salva
Sara
Morote
Ñoño
Santos
Fernando
Iván
Jesús
Mendoza
Ángel
Javi
Minero
Jose
Tia María

A todos de nuevo mil gracias porque hemos conseguido que esto...


Se convirtiera en esto...


Y yo pudiera decir orgulloso que gracias a mis amigos la cosa nº 65 de la lista "Llenar una mesa del Aloha con botellines" está ... HECHA





domingo, 31 de enero de 2010

miércoles, 27 de enero de 2010

El hijo de la novia



Este restorán lo empecé con Norma. Yo cocinaba, ella atendía: era una cuestión de dos. Me acuerdo que siempre discutíamos de porqué venía la gente, y ella decía que era por la cocina y yo decía que por su atención. es que Norma era una cosa... ella sí que era la especialidad de la casa, con esa sonrisa que tenía, ¡Aquél cartel luminoso! Imagínate, entraba la gente y ... ¡bum!, se encontraban con esa pintura, y ahí aparecía la Norma verdadera: más alegre, más luminosa, y claro, el cliente pensaba que había entrado en, qué sé yo, en el Paraíso por lo menos. Entonces ella pedía que la siguieran, que los iba a llevar a la mejor mesa. Eso se lo decía a todo el mundo, que los llevaba a la mejor mesa, y todos se lo creían porque si ella te llevaba, era la mejor mesa. Te hacía sentir como si fueras el único. Con Francesco nos reíamos porque cada vez que iba a la cocina, todos, eh, todos, mujeres, niños, hombres, todos, todos, se quedaban como embobados mirándola, no sabían si seguían en la Tierra, si era un fantasma, tenían miedo que no volviera. Y ahí los volvía a sorprender: anotando todo ahí, junto a la caja, paradita como por arte de magia, como un ángel, mi ángel