Tengo un coche que es la polla, he de decirlo así. Podría describirlo con otros adjetivos más glamourosos y acordes al nivel intelectual de éste, mi querido blog. Pero no, sólo se me ocurre decirlo así: es la polla
Tiene ya bastantes años. Hubo un momento en el que parecía que esa edad iba a poder con él, pero nada más lejos de la realidad: es inmortal
Hoy os traigo la imagen que lo atestigua

500.000 kilómetros, casi cuarenta vueltas al mundo. Tengo claro quer el 21 de diciembre de este año, cuando todo acabe y los mayas acierten en su predicción, mi querido Seat Toledo será el coche de Jordi Hurtado, los dos únicos supervivientes del fin del mundo.