lunes, 6 de febrero de 2012

Y si tienes suerte...

El final de un relato cualquiera de una tarde cualquiera;

"Pero todo tiene un final y el de esa noche llegó de la boca del camarero que, entre una mezcla de celos y cansancio, nos dijo que había que abandonar el bar. Así lo hicimos. La acompañé hasta la puerta y me despedí de ella, cosa que no tomó muy bien. Me dijo que si estaba dispuesto a pasar otra noche más solo o si quería dormir en su cama. Casi me caigo al suelo.

Por supuesto, no cometí el error de aceptar la invitación. Me eché el farol del siglo para llevarme todo el bote. No quería sólo la mano, quería la partida. Le dije que no, que si quería seguir la cosa, la esperaba al día siguiente a la misma hora y en el mismo lugar. “Mañana si tienes suerte, a lo mejor hasta te beso”, le dije. Hoy, diez años después, le hago el amor cada noche antes de dormir".