Después de cuatro días de cabreo constante, de ida y venida de caras, aristas, vértices y recuerdos más o menos cariñosos hacia Erno Rubick, lo conseguí. Ha sido duro, muy duro; pero ya está hecho.
Aquí podéis ver mi cara de sueño, desgana por la vida pero profundamente alegre por la gesta. Al lado @ArturoDminguez perplejo, observa el meritorio trabajo. ¡Qué gustazo oye!...
PD: Agradecimiento especial a Maca (@macaflai) que sin ella no hubiese sido posible nada de esto