Con la resaca de los Oscars aún presente, ahondo en la que, para mí,
era sin duda la película más talentosa de las ocho nominadas. De Whiplash como
film ya he hablado más o menos en Twitter y quizá hasta escriba algo más extenso
en los próximos días. Hoy, sin embargo, quería dejaros un diálogo de la película que ya de por
sí vale un premio. Os pongo en situación ya que, aunque voy a intentar subir el
vídeo a Youtube, dudo mucho que no lo retiren en pocas horas.
La escena se desarrolla en un bar donde Terence Fletcher (J.K Simmons) toca junto a su banda. Su ex alumno, Andrew Neyman (Miles Teller) pasa por la puerta y ve anunciada la actuación del profesor que más le ha puteado la vida. Entra y lo escucha tocar. Finalizada la pieza, Fletcher lo ve y se acerca a hablar con él invitándolo a una copa. Ahí comienza un diálogo que habla de la motivación del maestro al alumno, de cómo a veces es necesario apretar la naranja con toda la fuerza del mundo para poder sacar el zumo. Y lo cuenta así:
La escena se desarrolla en un bar donde Terence Fletcher (J.K Simmons) toca junto a su banda. Su ex alumno, Andrew Neyman (Miles Teller) pasa por la puerta y ve anunciada la actuación del profesor que más le ha puteado la vida. Entra y lo escucha tocar. Finalizada la pieza, Fletcher lo ve y se acerca a hablar con él invitándolo a una copa. Ahí comienza un diálogo que habla de la motivación del maestro al alumno, de cómo a veces es necesario apretar la naranja con toda la fuerza del mundo para poder sacar el zumo. Y lo cuenta así:
Fletcher: “La verdad es que no creo que la gente entendiese qué es lo
que yo hacía en Shaffer*. Yo no estaba allí para dirigir, cualquier imbécil
puede mover las manos y mantener el tiempo de una banda. Yo estaba allí para
exigir a cualquier alumno
más de lo que se espera de él y creo que esa es una necesidad apremiante. De
otro modo privaríamos al mundo del siguiente Louis Armstrong o del próximo
Charlie Parker. ¿Te he contado la historia de cómo Charlie Parker se convirtió
en Charlie Parker?"
Neyman: "Joe Jones le tiró un platillo".
Fletcher: "Exactamente. Parker era un chico joven, muy bueno con el
saxo, pero en un concierto va y la caga. Jones casi lo decapita por eso y
el público se ríe de él. El chaval llora toda la noche pero, ¿qué hace al día
siguiente? Practica. Practica una y otra vez con un solo objetivo: que nadie
vuelva a reírse de él nunca más. Al año siguiente vuelve al Reno Club y toca
el jodido mejor solo de saxo que se haya escuchado en la historia. Así que
imagina por un momento que Jones, en vez de lanzarle un platillo a la cabeza, le hubiera dicho “está bien Charlie, no te
preocupes, no estuvo mal. Buen trabajo” Entonces Charlie habría pensado “a la
mierda, es verdad, no ha estado mal”. Fin de la historia, no hay Bird*. Para mí
eso es una tragedia absoluta, pero es lo que el mundo quiere ahora mientras
se pregunta por qué el jazz está muriendo. Por eso te aseguro que cada nuevo
álbum de jazz que pasan en algún Starbucks prueba lo que digo, que no hay dos
palabras más dañinas en nuestro idioma que “buen trabajo”
Neyman: "¿Pero hay un límite? ¿quizá fuiste demasiado lejos y
desanimaste al próximo Charlie Parker?"
Fletcher: "No hombre, no… porque el próximo Charlie Parker nunca se
rendiría".
Notas:
Shaffer: Academia musical donde Fletcher impartía clases
Bird: Apodo con el que se conocía al músico Charlie Parker