Dice Vargas Llosa que las mujeres normales son las más
bellas… y yo no puedo estar más de acuerdo con él. Escribe el peruano que “las
bellezas reales son las que beben cerveza y no controlan cuántas patatas han
comido, las que se sientan en los bancos del parque a comer pipas o acarician
con ternura a un perro que se les acerca a olerlas”. Asegura que "las mejores
son las que derrochan belleza y no glamour, desgastan sonrisas, cruzan las
piernas y arquean la espalda. Salen en fotos rodeadas de gente, esperan en la
parada del bus y huelen a limpio". Pero hay mucho, mucho más.
Las mujeres más bellas son las que usan vestidos anchos y cortos en
verano, sonríen mucho y no paran de hablar. Son las que te miran con ojos
vidriosos, se muerden el labio inferior, adoran el café o te dicen, sin pararse a reflexionar,
que te quieren con locura. Para mí, las mujeres más bellas taconean con estilo
pero se descalzan cuándo y dónde quieren, alargan una caricia o buscan
un beso en la oscuridad. Huelen a fresco perfume y saben a gloria bendita.
Las mujeres más bellas saben besar muy bien, cosa que no
todo el mundo puede decir. Encuentran tu mano en el cine o tu pecho cuando se van a
dormir y estampan su aliento en tu boca porque no tienen otra forma de
conciliar el sueño que la de estar a tu lado. Son rubias, morenas o castañas
que tuestan su piel al sol de Julio y tienen los pies congelados en enero.
Usan tonalidades alegres cuando el calor aprieta y recurren al cuello largo, los
guantes, la bufanda ancha y las botas altas en invierno.
Las encontrarás vibrando con un partido del Madrid en algún
bar de tu ciudad. Puedes directamente pedirle matrimonio si lleva la camiseta blanca y se
molesta si la llamas ‘pipera’. Beben cerveza por las tardes y vino por la
noche, sobre todo si las invitas a tu casa a disfrutar de una botella en un
baño de espuma. Leen a la luz de la mesita con gafas de pasta dura y un pijama rosa de niña de once años. Te abrazan por las noches para que las calientes
o te roban el edredón sin querer queriendo. Las mujeres más bellas tardan una
hora en arreglarse y medio minuto en desnudarse, una semana en dejarse besar y
seis meses en atreverse a decir ‘te quiero’. Se sonrojan con los piropos y te
contestan halagadas con un ‘gracias’ a cada uno de éstos. Cantan en la ducha,
sonríen por la calle y los domingos no quieren salir de la cama. Las mujeres
más bellas están compuestas de mil detalles que te enamoran para siempre, que
consiguen hacerte jurar que darás todo cuanto tienes por hacerla feliz. Te miran de reojo y se te cae el mundo al suelo, te besan en los
labios y te dejan sin respiración. Te acarician el pelo y detienen el tiempo y,
después, cuando el reloj vuelve a echar a andar, te das cuenta de que la mujer
más bonita de entre todas las más bellas es aquella que, pudiendo estar en
cualquier otra parte, prefiere estar ahí contigo. Y a esa no debes dejarla ir.
Jamás.