Ejemplo número 2
Recopilación de todo lo que veo, escribo, escucho, hago, siento y quiero... o simplemente me invento.
viernes, 10 de diciembre de 2010
viernes, 26 de noviembre de 2010
¿Eso es todo lo que sabes hacer?
Ayer fue el turno de la Facultad de Educación. Hay una explanada en la universidad donse se reúnen todos los estudiantes de esa facultad (y del resto) para celebrar sus fiestas (las mías son el jueves que viene, ¡ojo con eso!). Como decía, fui a las 'paellas' de educación con Javi (@javielnoval) y conocí a un amigo suyo que, cuanto menos, podríamos tildar de 'peculiar'. El chaval comenzó a contar chistes extraños y, la mayoría sin gracia, pero fue una anécdota que nos narró orgulloso, la que consiguió que de mis ojos brotaran lágrimas producidas por una risa incontrolable. Como se suele decir en estos casos, quizás contado pierde, pero lo intentaré de todos modos:
"Pues resulta yo no tengo recuerdo eso, iba muy pedo y me lo han contado (así comienzan las grandes historias de la humanidad). El caso es que estaba yo la noche de reyes del año pasado en la puerta de 'Manía' (una discoteca de Hellín, Albacete), cuando pasó frente a mi una tía enorme, de casi dos metros. Como iba tan pedo se ve que le dije 'puta'. Ella se molestó y me dió dos puñetazos en la boca. Mis amigos dicen que comencé a sangrar por las encías y que todo el mundo se quedó flipando. No se por qué, pero extrañamente, cuando ya me había pegado y se disponía a irse, se me ocurrió decirle "¿eso es todo lo que sabes hacer?" a lo que ella respondió acercándose de nuevo y propinándome otros tres puñetazos en la cara y una patada en mis partes íntimas. Después de eso me fui a mi casa, y el único recuerdo que tengo es el de una voz masculina que decía mientras me alejaba "a ese ya le han venido los reyes"
Una anécdota que mi querido amigo contaba orgulloso, lo que me produjo si cabe, una gracia todavía mayor.
De todo ha de haber en este planeta
domingo, 21 de noviembre de 2010
El Chico ColaCao
Las conversaciones de las mesas de al lado cesaron y el restaurante entero quedó estupefacto, anonadado, perplejo y pasmado ante tal afirmación, sólo las risas incontenibles de mi mesa irrumpían en el silencio.
El camarero que pensaba que mi amigo, en el culmen de su borrachera, se estaba cachondeando de él, no daba crédito y replicó "¿en serio?" ... efectivamente lo era
Y con un par de cojones y sin pensar en el qué dirán, mi queridísimo amigo se tomó su ColaCao. Aquí la prueba
Pueden observar como mi otro amigo Javier López Noval (@javielnoval) le da la espalda en un gesto de total repugnancia ante semejante aberración.
Más tarde, ya de fiesta, alguna gente lo miraban raro, incluso me pareció oír susurros que decían: "mira nene, ese es el del ColaCao"
viernes, 19 de noviembre de 2010
Llegará
Llegará un día en el que las horas no pasen tan despacio. Llegará un día en que el alcohol no sea mi único consuelo. Llegará un día en que salir sea secundario y quedarme contigo, únicamente comiéndote a besos, sea lo único que desee.
Ha de llegar ese día en que bese todo tu cuerpo una y otra y otra vez, hasta desgastarlo, hasta erosionarlo como si fuera una montaña arcillosa ante un torrente de agua. Estoy seguro de que llegará el día en que desee que la noche caiga con toda su furia sobre nosotros, para que la oscuridad nos ciegue y nada ni nadie pueda ver lo que hacemos bajo el edredón.
Llegará el día en que mi única comida sean tus besos, mi única bebida la saliva de tu boca y mi único respirar el perfume de tu cuerpo. No sé si he sido digno de pedir aquí, ante el mundo, que vengas ya, que aparezcas junto a mí, sea donde sea, pero lo hago. Deseo verte en cualquier bar, en una cafetería, en el parque, en un cine, en la biblioteca, paseando por cualquier parte del mundo, me da igual. Pero que el tiempo se pare, que todo se detenga y que sepamos los dos, que estamos hechos el uno para el otro. Que nada más importe, sólo ese momento, solos tú y yo, y nada más… ¡ojala llegué ese día! Ese momento en que no tenga que volver a escribir nunca más eso de “¡ojala llegue ese día!”… que las palabras se tornen por una vez en la vida, realidad.
martes, 16 de noviembre de 2010
La historia del muñeco malvado que no lo era tanto
De repente el timbre sonó y Ramoncín corrió presto a la puerta, abrió y ahí estaba, en las manos de su tía Sofía, la caja soñada que contenía todos los juguetes. Besó por cortesía a su tía y le arrebató el tesoro de las manos. Después corrió por las escaleras hasta su habitación. Ahí abrió la caja y comenzó a alucinar con todos los muñecos de la saga Star Wars (pero con los viejos, que son los que molan), con los personajes de los cómics de Marvel (no esa basura de Naruto) y con los cientos de miles de Playmobil que tenían menos movilidad que los ojos de Espinete. Fue vaciando la caja poco a poco hasta que, de repente, encontró un muñeco especial, no era muy apuesto, parecía un villano más bien, pero daba menos miedo que un Osito amoroso, efectivamente era él.
El niño, como buen NINI ignorante, no sabía quien era aquel hombre y tuvo que investigar. Bajó a preguntar a su mamá y a su tía si conocían a aquel extraño ser, ninguna lo supo. Entonces con su móvil de última generación llamó a su primo, pero como era más tonto que una mierda que se culturizaba únicamente con los programas de Física o Química, no supo explicárselo bien, así que no tuvo más remedio que recurrir a Internet. Pasado un cuarto de hora y cuando hubo visto el suficiente porno recordó que no había entrado a la red para tocarse, sino para intentar buscar la identidad secreta de aquel extraño muñeco. No se le ocurrió como describirlo así que se limitó a poner en Google "el villano más lamentable de la historia". Efectivamente tuvo su recompensa: Gargamel se llamaba aquel tipo.
Según el buscador era el malvado de una extraña serie que se ponía antaño en la que unos personajes azules llamados "Pitufos" se burlaban de él a saco y lo ridiculizaban a diario. A Ramoncín le pareció lamentable que unos enanos azules se rieran de un tio y decidió que aquel muñeco no era digno de pertenecer a la misma colección que los Power Rangers o los Pokemon. Así que lo metió en una caja donde pasó los siguientes años.
Como siempre pasa, cuando el niño iba al colegio, los muñecos volvían a la vida (y sino te lo crees mira esto payaso) y le hacían un bullying increíble al pobre Gargamel. Se descojonaban de él porque Ramoncín lo había excluido, no le invitaban a las bacanales que hacían con las Barbies de su hermana Rosamari y nunca le dejaban ir con ellos a mearse en el agujero del cerdito hucha. Los años pasaron y Ramoncín creció y, por tanto, hubo un momento en que se desprendió de sus juguetes como anteriormente su primo había hecho. Él se los dio a su sobrinito Tomás, que ni siquiera quiso jugar con ellos ni una sola vez y los tiró todos a la basura porque prefería jugar con la Play 5 al nuevo éxito de Sony "Se Jack el destripador, viola y mata".
Así que Gargamel acabó en la basura junto con todos los juguetes que se habían reído de él y también con la hucha (que ya estaba requetemeada) y mientras el fuego del basurero consumía lentamente sus cuerpos de plástico, el muñeco marginado se rió fuertemente de los demás y gritó antes de morir definitivamente: Toda la mierda al final acaba en el mismo sitio
Nota: si hay alguno que ha puesto en Google "el villano más lamentable de la historia" tiene mis más sinceras felicitaciones, ha ganado el premio al más tonto del día.