viernes, 26 de noviembre de 2010

¿Eso es todo lo que sabes hacer?

Una de las cosas que me encantan de Murcia es que jueves sí y jueves también hay fiestezacas en la Universidad. Eso es algo que envidiaba y echaba de menos cuando vivía en Madrid: las fiestas universitarias por las tardes (que aunque existían, eran muy de vez en cuando). Ahora las estoy intentando aprovechar al máximo.

Ayer fue el turno de la Facultad de Educación. Hay una explanada en la universidad donde se reúnen todos los estudiantes de esa facultad (y del resto) para celebrar sus fiestas (¡las mías son el jueves que viene, ojo con eso!). Como decía, fui a las ‘paellas’ de Educación con Javi (@javielnoval) y conocí a un amigo suyo que, cuanto menos, podríamos tildar de ‘peculiar’. El chaval empezó a contar chistes extraños, la mayoría sin gracia, pero fue una anécdota que nos narró orgulloso la que consiguió que de mis ojos brotaran lágrimas por una risa incontrolable. Como suele decirse en estos casos, quizás contado pierde, pero lo intentaré de todos modos:

“Pues resulta que no tengo recuerdo de eso, iba muy pedo y me lo han contado” (así comienzan las grandes historias de la humanidad). El caso es que estaba yo la noche de Reyes del año pasado en la puerta de ‘Manía’ (una discoteca de Hellín, Albacete), cuando pasó frente a mí una tía enorme, de casi dos metros. Como iba tan pedo, se ve que le dije ‘puta’. Ella se molestó y me dio dos puñetazos en la boca. Mis amigos dicen que comencé a sangrar por las encías y que todo el mundo se quedó flipando. No sé por qué, pero extrañamente, cuando ya me había pegado y se disponía a irse, se me ocurrió decirle: “¿eso es todo lo que sabes hacer?”, a lo que ella respondió acercándose de nuevo y propinándome otros tres puñetazos en la cara y una patada en mis partes íntimas. Después de eso me fui a mi casa, y el único recuerdo que tengo es el de una voz masculina que decía mientras me alejaba: “a ese ya le han venido los Reyes”.

Una anécdota que mi querido amigo contaba orgulloso, lo que me produjo, si cabe, una gracia todavía mayor.

De todo ha de haber en este planeta.