"Ha sido un día duro, y rendido, buscas sosiego y paz en el sueño… ¿Dónde si no?
Necesitas alejarte de la cruda realidad y recurres a la cama. Tapado y arropado del frío de la calle, con el susurro de un mundo que no te gusta sonando de fondo, te duermes. Cierras los ojos y desapareces. Puedes volar y, de hecho, lo haces, pero en los brazos de un ángel.
Te alejas volando de aquí, de esta fría y oscura habitación, y todo lo que temes se queda encerrado en las cuatro paredes que has dejado atrás.
Estás en los brazos de un ángel y encuentras consuelo allí. Hay buitres y ladrones a tu espalda, y la tormenta ruge con la fuerza de un león, pero a ti no te importa: estás protegido contra todo y contra todos.
Eres invencible y ya no necesitas nada más.
Por unas horas, todo es precioso.
Por unas horas, tú mismo te conviertes en ángel"