miércoles, 8 de junio de 2016

No vale la pena

No vale la pena lamentarse por lo que no se hizo ni por lo que se hizo mal, aunque entre esas dos cosas, no os quepa duda, siempre es mejor jugársela y equivocarse a permanecer el resto de tu vida pensando, “¿qué hubiese pasado si lo hubiese hecho, si no hubiera dejado escapar mi oportunidad?”. 

No vale la pena llorar por quien no quiere estar contigo, ni deshacerse de todo aquel que se muere por no separarse de ti. No vale la pena dormir mucho si no se tiene nada con lo que soñar, ni acostarte temprano si queda por ahí alguna boca que poder besar. No vale la pena perseguir a alguien que no se mueve, ni moverse por una persona que únicamente pretende que nunca eches a andar. No vale la pena temerle a la oscuridad si es en ella donde suelen ocurrir las mejores cosas que nos pueden pasar.

No vale la pena dejar para mañana lo que puedas hacer hoy, sobre todo si eso que puedes hacer te gusta, te alegra o te hace llorar de la risa. No vale la pena decir “a ver si nos juntamos todos un día de estos” cuando hay tan pocos días por delante, aunque parezca que no, que quedan muchos más. No vale la pena ver basura en la televisión cuando quedan tantos buenos libros por leer, tantas buenas películas por descubrir y tantos nuevos discos por escuchar. No vale la pena sentarse a ver pasar el tiempo cuando no hay bien que más debiéramos apreciar.

No vale la pena tirar un trozo de tarta por esos kilitos de más, ni dejar de decirle a una chica lo preciosa que está por vergüenza, por timidez o por creer que no te corresponderá. No vale la pena esconder un piropo educado por el qué dirán, dejar un folio en blanco por si no gustará o decirle al amor de tu vida que la quieres como jamás, en todos los días que le queden en este planeta, nadie la querrá. No vale la pena temerle a la muerte sino a una vida vacía, inerte o alejada de lo que tú consideres que es la felicidad. 

No vale la pena salir a la calle si no tienes a nadie que te acompañe a pasear y no vale la pena quedarte en casa si hay gente que te llama para dormir fuera, en algún lejano lugar. No vale la pena encerrarte en tu alcoba si quedan tantos países por encontrar, y tampoco vagar sin rumbo cuando hay una muchacha desnuda en tu cama esperando a que la beses sin parar. No vale la pena hacer lo que no te gusta por el mero hecho de agradar, no vale la pena desear otra vida cuando sólo tienes una para disfrutar. No vale la pena querer a quien no te quiere, luchar por quien no mata por ti; no vale la pena andar con quien borra tus pisadas, intentar volar por quien te corta las alas y dar tu corazón a aquella persona que no lo sabe apreciar.

Así que salta, ríe, bebe, llora, baila, ama, besa y vive, que si hay una certeza absoluta es que hoy es más tarde que ayer pero también, por suerte, es más pronto que mañana para salir a la calle y gritarle al mundo que nada ni nadie va a hacer que desaproveches ésta, tu única y maravillosa oportunidad.