martes, 6 de marzo de 2012

Putada

Era una noche fría de invierno. Afuera en la calle, el termómetro había dejado de marcar la temperatura, señal inequívoca de que el frío era más que considerable. Él tenía pensado su plan para aquel sábado por la noche. Dejaría de lado la salida nocturna, se prepararía un gran bol de palomitas y se acostaría en el sofá a disfrutar de un maratón de películas que ya tenía más que planeadas.

Fue a la habitación a darse una ducha caliente. Dejó el pijama de franela colgado del radiador para que estuviese calentito al salir. Se duchó con agua más que templada y se guareció del frío que tuvo al salir de la misma en el pijama que ya estaba caliente. Fue a la cocina y calentó en el microondas tres paquetes enteros de palomitas, "la noche va a ser larga" pensó. Después, fue directo al sofá del comedor llevando consigo el recipiente y una botella de Coca Cola bien fresquita. Preparó a conciencia el sofá, puso dos cojines en el reposabrazos, acercó el teléfono para evitar tener que levantarse después y puso la calefacción en la habitación. Mientras esperaba que se calentase, preparó el orden de las películas y, por fin, se tumbó en el sofá.

Ahora quedaba la parte más difícil de todas: encontrar la posición ideal para toda la noche.

Lo intentó de lado pero no le convenció. Probó a acostarse boca arriba, pero entonces tenía que forzar mucho el cuello para ver la tele. Estuvo casi diez minutos intentándolo hasta que por fin, dio con ella. Era la posición perfecta. Tumbado en la inclinación idónea a una distancia equidistante entre el vaso de Coca Cola y las palomitas y con el móvil bien cerca por si algún osado se disponía a fastidiarle. No se movería para nada, ya podía venir el mismo fin del mundo, que él permanecería impertérrito allí.

Estaba todo preparado. Sólo quedaba sentarse y disfrutar. Ahora encendería la tele y pasaría una velada agradable y tranquila. Se dispuso a comenzar su noche cuando en un instante de pánico, casi se le paró el corazón. Un sudor frío recorrió su cuerpo... Efectivamente, no había cogido el mando a distancia.