Sí, señoras y señores, se confirma que mi más fiel aliado, amigo y compañero... ha muerto.
A la edad de catorce años y con más de cuatrocientos mil kilómetros a sus espaldas, mi querido coche, el Seat Toledo de toda la vida, se nos va.
Con él se marchan muchas experiencias únicas: botellones en el pabellón, viajes a mi sitio, paseos por el campo, excursiones a miles de lugares, gente refugiada en el maletero, momentos de música variada (desde David Bisbal, El Sueño de Morfeo, variados de “Anto”, hasta Marea, Extremoduro y el himno del Betis).
Con él se marchan las alfombrillas llenas de mierda imposibles de limpiar, los elevalunas que se quedaban atrancados, el CD que se trababa cuando cogías un bache, el pestillo de la puerta derecha que destrocé de una patada mientras Manolo y yo sacábamos las piernas por la ventanilla un día que nos metimos siete.
Se nos va un colega al que le robaron la "S" en Alicante, dejándolo desnudo a los ojos de cualquiera.
Se ha ido el primer amigo que se ofreció a llevarnos a la playa adelantando coches y enseñando la "L" para que se picasen. Un amigo fiel que siempre estuvo allí y nunca se quejó, aunque tuvo motivos para ello.
Siempre te recordaremos, amigo. Descansa en paz.
Aquí os dejo la foto de cuando se hizo mayor.
