"No tenía donde ir, ni trabajo, ni quizá nadie que pudiera ayudarme, pero ya no importaba. Había conseguido cruzar la línea que separa al hombre esperanzado del que no lo está, y eso es tremendamente difícil. Así que me decidí a comenzar de nuevo. Sin embargo, no te contaré esa historia, no te contaré la historia de cómo llegué a ser quien soy ahora mismo, de cómo fundé mi propia empresa y, poco a poco, a base de esfuerzo y sacrificio, he llegado a la posición que ocupo actualmente. No te contaré esas cosas porque no son importantes, son pequeñeces comparado con la otra que tengo para ti. Mi vida económica, laboral y demás, la puedes buscar en cualquier lado, mi vida, la real, la verdadera, la que me ha hecho llorar y reír, amar y odiar, nacer y morir; esa es la importante y la que tienes que conocer. Ahora te contaré la historia de cómo un hombre sin esperanza volvió a querer vivir".