martes, 9 de abril de 2013

Peor para el sol

Una de las mejores canciones de uno de los mejores poetas.



"Peor para el sol, que se mete a las siete en la cuna 
del mar a roncar mientras un servidor 
le levanta la falda a la luna"

lunes, 1 de abril de 2013

Sobre Binibook y mi segunda novela


Quiero hablaros de una plataforma que me recomendaron hace un tiempo y que, aunque todavía está creciendo, he de decir que me está convenciendo bastante. Se llama Binbook y es una aplicación para teléfono móvil donde puedes descargar textos de autores que previamente los hayan subido a la web. Funciona tanto para Android como para IOS y la verdad es que su formato es bastante simple y quizás por eso también, esté teniendo tanto éxito.

Sólo tenéis que descargar la aplicación desde el móvil totalmente gratis. Posteriormente os registráis y ya podéis acceder a miles de textos entre los que cabe destacar los de un genio de la literatura universal que os está escribiendo ahora mismo: yo.

Quería comentaros también que mi periplo con mi primera novela, Las Señales del Agapanto, ha llegado (casi) a su fin. Hace unos días puse fin a mi relación con la editorial que lo sacó a la venta y de la que puedo decir, como muchos sabéis, que no estuvo a la altura. Los cien primeros ejemplares de la primera edición que me prometieron se vendieron en menos de un mes allá por mayo de 2012 (nunca os podré estar los suficientemente agradecido por ello) y después de eso poco menos que se desentendieron y, excusa tras excusa, han ido posponiendo la salida de la segunda hasta que, finalmente, hemos decidido poner punto y final a nuestra relación contractual. Ahora sigo buscando la posibilidad de encontrar una editorial que merezca la pena y creo que en pocas semanas podré adelantaros algo más. Sin embargo, no querría que mi primer libro quedase relegado al ostracismo absoluto y por ello me he animado a ir sacarlo gratis en Binibook. Efectivamente, para todos aquellos que no lo pudieron conseguir en su momento y no quieran pagar los 89 céntimos que vale en AMAZON, lo podrán conseguir capítulo por capítulo en esa aplicación de la que os he hablado anteriormente. Tengo que recordar también que los textos subidos a Binibook se pueden leer directamente en el ordenador, con lo que no tenéis excusa para descargar (de forma gratuita, repito) lo que subo y ya de paso, echarle una mano a un joven escritor con mucho tiempo libre y miles de ganas de dar a luz sus múltiples y descabelladas ideas que se le ocurren.

El primer capítulo de Las Señales del Agapanto lo tenéis gratis AQUÍ

Gracias a todos 

lunes, 25 de marzo de 2013

Semana Santa


Desde aquí, utilizando estas líneas, ruego e imploro perdón a Dios todopoderoso porque mientras el mundo rememoraba un año más la tradición más sagrada de la cristiandad, mi persona disputaba su particular Vía Crucis inundado en un mar de pasión muy distante a la del resto del planeta. 
La época de recogimiento y meditación quedó opacada por una lujuria que paso a narrar y de la que quiero hacerles testigos a ustedes para que comprendan que, en ocasiones, la tentación puede con todo, hasta con la más venerable de las tradiciones. 

Pasé el lunes comiendo de los besos de aquella mujer que me arrancó el corazón con el primer atisbo de sonrisa que forjaron sus labios. La besé entera, de pies a cabeza, aplicándome más si cabe en cada recoveco que su bendito cuerpo dejaba al descubierto con las caricias de mis labios. El martes el calor de la batalla se acrecentó y la guerra no tuvo cuartel durante toda la jornada. El edredón de plumas de mi habitación fue el escenario que ambos contendientes elegimos para que la desnudez de nuestros cuerpos se ensalzara en la más bella ofensiva de cuantas tuvo constancia el ser humano. Hubo pocas bajas y por una vez ganaron los dos bandos. Guerras así debería haber cada día, el mundo iría mucho mejor.
Un día después, con los primeros rayos del sol del miércoles, los besos y los mimos se transformaron en indecentes palabras que, de nuevo, llevaron directamente a que el día acabase más pronto que tarde y que de la candidez de un sol primaveral nos viésemos inmersos en la más penumbrosa noche. Poco importaba lo que pasase fuera, adentro la procesión seguía y ni la lluvia ni la nieve, ni diez mil cañones resonando en la calle podrían impedir que continuáramos a lo nuestro.

Parecía mentira que ya hubiera pasado más de la mitad de aquel lapso de siete días y que el jueves hubiera hecho acto de presencia sin ser invitado. Había que aprovechar el tiempo y desde luego que lo hicimos. El viernes santo llegó y con él el remordimiento de saber que debimos haber guardado luto en aquella santa semana. Nos reunimos de nuevo en la imparcialidad de la habitación y decidimos que la pasión de Cristo debía ser nuestra también aunque, a pesar del profundo respeto que guardamos al rito, nuestra forma debía divergir por caminos distintos a la del santísimo. El sudor impregnó las sábanas y el amor el ambiente. Bendita locura, bendito pecado mortal.

Durante el fin de semana arreció como si de una tempestad se tratase el frenesí de nuestros seres. Vimos como la magia de los días santos llegaba a su fin y como la desesperación de la separación inundaba nuestras entrañas. El lunes estaba próximo y no íbamos a dejar que viniese sin terminar los deberes, había que despedirse entre embestidas de fogosidad y lascivos arrumacos.
Una semana de pasión que dista en exceso de la que todos conocen, de la que la mayoría practican. El pecado invadió mi hogar en la época menos indicada y la conciencia me dicta ahora que pida disculpas, que encomiende mi alma a Dios y le suplique clemencia. Él sin embargo, no me podrá perdonar, exige algo que jamás podré tener ni con le podré ofrendar para conseguir su indulto: arrepentimiento. Pídame cualquier cosa menos eso.

viernes, 22 de marzo de 2013

Encendiendo fuego en la lluvia

Como no estoy muy puesto en música, me suele pasar en ocasiones que me entero que existen verdaderas maravillas bastante tiempo después de que salgan a la luz. Eso me da sin embargo, la posiblidad de encontrar alguna versión alternativa que iguala o, incluso a veces, mejora la original. 



También las hay más roqueras, más lentas, más armónicas, más dulces y, por supuesto, la original

Feliz fin de semana

jueves, 21 de marzo de 2013

El cartero

De una película, por muy mala que sea, siempre se pueden sacar cosas buenas. En 'El Cartero' de Kevin Costner también



La vida del rey Enrique V, Tercer acto, escena I
William Shakespeare

¡Una vez más en la brecha, queridos amigos; una vez más, o tapiemos la línea de sus murallas con nuestros muertos! En tiempo de paz nada conviene al hombre tanto como la modestia tranquila y la humildad, pero cuando la tempestad de la guerra sopla en nuestros oídos nos es preciso imitar la acción del tigre: poner en tensión nuestros nervios, hacer llamamiento a nuestra sangre, disimular la nobleza con ira y hacer terrible nuestra mirada…