La vida del rey Enrique V, Tercer acto, escena I
William Shakespeare
¡Una vez más en la brecha, queridos amigos; una vez más, o tapiemos la línea de sus murallas con nuestros muertos! En tiempo de paz nada conviene al hombre tanto como la modestia tranquila y la humildad, pero cuando la tempestad de la guerra sopla en nuestros oídos nos es preciso imitar la acción del tigre: poner en tensión nuestros nervios, hacer llamamiento a nuestra sangre, disimular la nobleza con ira y hacer terrible nuestra mirada…