miércoles, 4 de julio de 2012

Mi móvil... de mierda

Hola, queridos amigos. Hoy os quiero contar algo que venía deseando compartir desde hace ya unos meses. Mis seguidores de Twitter saben que desde hace ya tiempo me vengo quejando de que mi teléfono móvil no me deja acentuar palabras y cambiar las que, por defecto del mismo, vienen escritas erróneamente. Os voy a contar la historia:

Hará exactamente un año y cinco meses, concretamente el 17 de julio (para que veáis que voy contando los días uno a uno como los presos) que me compré un nuevo terminal. En aquel tiempo que, aunque parece cercano está muy lejos en la memoria, me decidí por ese teléfono tan 'cool' y que salía tanto en las películas como era la Blackberry. Recuerdo que siempre veía con ella a un abogado o un detective pensaba: "Dios que pepino de móvil, con eso seguro que se puede hacer de todo" de nuevo la televisión volvía a demostrar que te puede vender cualquier mierda.

Mi primero meses con la Curve 9300 fueron geniales. Siempre había huído de los móviles táctiles y esta tenía botoncitos que me permitían escribir a una velocidad endiablada. Nuestra historia de amor empezó genial hasta que, de repente, todo cambió.

No sé que le ocurrió a mi amada, pero de un día para otro dejó de ser ella misma para volverse más distante, para alejarse de mi lado cuando jamás le faltó de nada. Puta desagradecida.

El caso es que un día cualquiera dejó de funcionar.

Claro, la Ley de Murphy no iba a consentir que fuera una tecla inservible la que dejase de funcionar, evidentemente cuando algo pasa tiene que ser algo que te toque las narices a gusto. Así que fue la tecla central, la llamada 'rulecica' en las tierras murcianas, la que dijo "hasta aquí hemos llegao". De un día para otro me encontré con que la tecla más importante de todas dejaba de funcionar y con ella, muchas de las funcionalidades del móvil. Me las vi negras para poder apañarme sin ese botón pero he de decir orgulloso que sí, lo conseguí.

Poniendo comandos en las teclas de los laterales y con mucho ingenio, conseguí que el Whastapp, los mensajes y los correos electrónicos pudieran funcionar. Había perdido la calculadora, los juegos y demás, pero bueno, lo realmente importante seguía en uso. Pero claro, no por mucho tiempo

Primero fue la tecla del lado izquierdo la que murió. Un botoncito que, de repente y cuando me quise dar cuenta, se había despegado y perdido para siempre.

No mucho más tarde, fue justo el del otro lado, es decir, el botoncito de la derecha, el que se despegó. He de decir que las funcionalidades sí seguían operantes, pero para poder acceder a ellas había que introducir un boli, las llaves o algo semejante, con lo que no siempre resultaba posible.

Todo había empeorado, pero por lo menos aún podía seguir usándola para llamar y, mediante otra serie de comandos que descubrí posteriormente, para mandar mensajes. Nada más.

Con eso esperaba llegar al mágico día 17 de agosto donde se me acababa la permanencia y no tenía que pagar la multa de 70 euros que los cabrones de Vodafone me quieren meter. Pero la cosa se terminó de torcer



Como podéis ver en la primera imagen, la tecla de bloqueo se me jodió también, con lo que tuve que inventar un artefacto para que se quedara pegada y no tuviera que meter un boli cada 10 segundos, que es el tiempo en que tarda en bloquearse el maldito trasto del demonio. Además, como se puede ver en la siguiente imagen, la tapa se me partió de un lado, con lo que muchas veces se me caía al suelo sin darme cuenta.

He aguantado con todo esto casi un mes, hasta que ya me ha fallado lo más importante de todo: la batería. De una semana a esta parte, tenía que cargar 3 o 4 veces la misma para no quedarme tirado al hablar con alguien. Lo he intentado todo para que esta relación no se fuera al traste, ella lo sabe y yo lo sé, pero no ha sido posible. Ahora, por cortesía de un amigo, tengo un móvil hasta el 17 de agosto y, aunque no dejo de agradecérselo, no puedo echarme las manos a la cabeza y llorar cada vez que pienso que es otra blackberry (esta vez encima un modelo inferior) y que sí, también tiene los botones rotos.

A perro flaco, todo son pulgas

jueves, 28 de junio de 2012

Los horrores de la guerra

Empiezo a leer 'Sin novedad en el frente' de Erich Maria Remarque. Un clásico de la literatura antibelicista que tenía guardado por ahí pero que jamás comencé a leer. Ahora me adentro en la vida en las trincheras de la I Guerra Mundial con unos jóvenes del ejército prusiano. Veo como les sesgaron la vida, como les hicieron dejar abruptamente su inocencia y los llevaron al campo de batalla a matar, a perder todo resto de esa condición humana que la guerra pudre con su horror.

Os dejo el fragmento que intenta sintetizar todo eso

"Tiene razón. Ya no somos jóvenes. Ya no queremos conquistar el mundo. Somos fugitivos. Huímos de nosotros mismos. De nuestra vida. Teníamos dieciocho años y empezábamos a amar el mundo y la existencia; tuvimos que disparar contra eso. La primera granada que explosionó, lo hizo en nuestro corazón. Estamos al margen de la actividad, del esfuerzo, del progreso. Ya no creemos en nada de eso; creemos únicamente en la guerra."

martes, 26 de junio de 2012

viernes, 15 de junio de 2012

Carta a Ndugu

Antes de dormir, os dejo esta relfexión triste, muy triste, que hace Jack Nicholson en la película 'A propósito de Schmidt'. No la reflexionéis demasiado, que no son horas, ni épocas ni, sobre todo, no es forma de acabar un día.




"En cierto modo me hizo pensar: al contemplar esta historia y al reflexionar sobre lo que consiguieron esas personas hace tanto tiempo, uno ve las cosas con una nueva perspectiva. (...) Ya sé que somos como granos de arena en la inmensidad del universo y supongo que a lo máximo a lo que podemos aspirar es a dejar algún tipo de huella pero ¿qué huella he dejado yo? ¿en qué he contribuído a mejorar el mundo? (...) Soy débil, un fracasado... y no tengo ninguna excusa. Relativamente pronto, moriré. Tal vez dentro de veinte años, tal vez mañana... ¡qué mas da!. Cuando esté muerto y conmigo todos los que me conocieron, será como si nunca hubiera existido. ¿Aquién ha afectado en algo mi vida? a nadie que se me ocurra, a nadie en absoluto"

jueves, 14 de junio de 2012

El eterno Premio Nobel

Hoy se recuerda al poeta argentino, Jorge Luis Borges, la gran injusticia del mundo de las letras probablemente. El autor célebre que no consiguió el Nobel por vete tú a saber qué... hay tantas versiones. En el recuerdo, esa frase célebre que pronunció al respecto: "Yo siempre seré el futuro Nobel. Debe ser una tradición escandinava"

Hoy se cumplen 25 años de su muerte, los mismos que tengo yo. No fuí contemporáneo del maestro más que por unos meses y como comprenderán, no lo recuerdo muy bien. Sin embargo, sí hay una cosa que ha quedado de Borges presente para mi generación y las venideras. Algo mucho más importante que un premio, la fama o el dinero: su obra. Eso es eterno


Del poema 'Dime' rescato esto

Dime por favor donde no estás
en qué lugar puedo no ser tu ausencia
dónde puedo vivir sin recordarte,
y dónde recordar, sin que me duela.

Dime por favor en que vacío,
no está tu sombra llenando los centros;
dónde mi soledad es ella misma,
y no el sentir que tú te encuentras lejos.

Dime por favor por qué camino,
podré yo caminar, sin ser tu huella;
dónde podré correr no por buscarte,
y dónde descansar de mi tristeza. 

...
Dime por favor donde hay un mar,
que no susurre a mis oídos tus palabras. 

Para leerlo entero (cosa altamente recomendable) AQUÍ

"Siempre imaginé que el paraíso sería algún tipo de biblioteca" Jorge Luis Borges