Recopilación de todo lo que veo, escribo, escucho, hago, siento y quiero... o simplemente me invento.
lunes, 1 de febrero de 2010
100 Cosas que tengo que Hacer antes de Morirme (nº 65)
Es algo especial por el cómo transcurrió. Lo intentamos en Navidad pero no pudo ser, fuerzas ajenas a nosotros lo impidieron, pero supimos levantarnos y lo hemos conseguido. Siempre había pensado que lo conseguiría, no tenía ninguna duda, pero me alegro de que la cosa no saliera como yo lo había imaginado. En mi imaginación pensaba en cuatro, cinco personas a lo sumo bebiendo cerveza como cosacos pero no fue así. Bien es cierto que la mayoría la bebimos entre unos pocos pero me enorgullece decir que fueron 25 personas las que consiguieron que mi sueño se hiciera posible. A todos ellos muchas gracias
domingo, 31 de enero de 2010
miércoles, 27 de enero de 2010
El hijo de la novia
domingo, 24 de enero de 2010
Te cuento un cuento
Te voy a contar un cuento distinto: sin príncipes ni princesas, sin sapos ni corceles, sin manzanas ni brujas, sin cerdos ni lobos feroces.
Una historia en la que no hay guerras ni torres, ni largas melenas doradas. No encontrarás tampoco soldados ni bailarinas, ni quiero que pienses que habrá golosinas, ratones, ni flautistas de Hamelín.
En este cuento no escucharás sobre piratas ni malvadas madrastras; no oirás mencionar caballeros ni reinos hechizados.
La leyenda que te narro no sucedió en un lugar muy, muy lejano, hace mucho, mucho tiempo... porque esto no ha pasado: va a ocurrir.
No habrá enanos ni gigantes, ni cisnes ni ratitas presumidas. No hay magos ni hechiceros, ni niños o niñas que se pierden en un bosque, ni habichuelas mágicas, hadas, flores, perros o gatos con botas.
Es más fácil que todo eso...
En este cuento solo estamos tú y yo. Todo lo demás: un "fueron felices y comieron perdices"... y un punto final.
jueves, 21 de enero de 2010
C'era Una Volta In America
Me acordaba de ti, de cómo me recitabas el “Cantar de los Cantares” ¿recuerdas? “Que lindos son tus pies en las sandalias, oh hija de príncipe”. Solía leer la Biblia todas las noches y todas las noches me acordaba de ti. “tu ombligo es un ánfora redonda donde no falta el vino, tu vientre un montón de trigo, de lirios rodeado. Sean tus pechos como racimos de uvas. El perfume de tu aliento como el de las manzanas”. Nadie te va a amar como yo te he amado.