viernes, 28 de octubre de 2016

El recuerdo

Es ahora que tu ropa ya no cuelga de mi armario cuando más me acuerdo de tantas y tantas noches quitándotela. Ahora que te has ido es cuando más te recuerdo, cuando más te echo de menos, cuando más perfecta te hago. No queda lugar para el error en este subconsciente empecinado en pulirte como un diamante en bruto; no queda resquicio de fallo o imperfección, todo eso te lo llevaste contigo aquella noche fría de invierno en que nos dijimos adiós para siempre. 

Hace tiempo que tu perfume desapareció del espejo de mi baño y, sin embargo, no se termina de ir del todo de las sábanas de mi cama. Te llevaste contigo las riñas, los enfados y las discusiones y te dejaste aquí las caricias y los abrazos. No queda rastro de todas las peleas que tuvimos, ni de todas las cosas horribles que en alguna ocasión nos dijimos. Si cierras bien los ojos en mi casa, todavía se escuchan los besos que nos dábamos en cualquier parte de ella. 

Aún hay veces que me giro en la cama buscándote, y eso que ella parece no acordarse de ti. Casi se me ha olvidado tu manía de acaparar el mando de la televisión, tu mal perder, las horas que esperaba a que terminaras de arreglarte o las mentiras que me dijiste. Todo eso lo ha borrado mi mente como el aire se lleva el polvo del camino. Y ahí, donde quedaban todos esos desperfectos, únicamente sigue tu sonrisa al sonrojarte, tu forma de caminar, tus manos acariciándome el pelo o el momento en que supe que, por mucho que pasase el tiempo, no encontraría ninguna como tú por mucho que removiese cielo y tierra. 

Te marchaste buscando otra vida mejor y yo, en vez de ofuscarme en odios vanos e inútiles, conseguí involuntariamente hacerte mejor de lo que jamás serás. Te he perfeccionado con el tiempo aunque no seas más que otra mujer imperfecta como los cientos de millones que vagan por ahí. Ya lo dijo en una ocasion ese poeta colombiano de bigote poblado y cara de bonachón: "puede que seas una persona insignificante para el mundo, pero para alguna persona, tú eres su mundo"

Conseguiste que la taza de café más horrible que había en la cocina sea ahora mi preferida, que todas las Copas de Europa me sepan a ti, que suenen los Rollings en mi Iphone y que, de vez en cuando, me venga el sabor de tu boca a mi cabeza. Te llevaste contigo mucho, pero me dejaste lo mejor: el recuerdo de aquellos años que ahora se antojan preciosos aunque, si te pones a recordar, no lo fueron tanto. Imagino que será la mujer que sí decida quedarse a mi lado la que, poco a poco, le dé la razón a mi mente sobre mi corazón; pero ahora, querida, quería decirte que te he hecho mejor de lo que eras y que con eso hemos ganado los dos: tú por pensar, mientras lees esto en tu ordenador, que jamás conseguiré olvidarte, y yo, sin embargo, por saber que en un alarde de imaginación conseguí eliminar todas tus imperfecciones y así, casi sin quererlo, el que se quedó con la mujer perfecta fui yo.