Hay un bar en Madrid que se llama "El Macetero". La verdad es que el sitio está genial. Situado en Moncloa, a solamente unos metros de la salida del Metro, puedes ponerte hasta las patas de cerveza, sangría y otros refrigerios por relativamente poco dinero. Hacía tiempo que no iba por allí y el otro día fuimos. Cuando entré me encontré con esto
Yo sé que los señores que regentan el bar no son gente joven y, que muy probablemente, esto sera una imagen prediseñada del Word para hacer un cartelito, pero ahí hay cosas de las que hablar. Eso, señores míos no puede ser un submarino, ¡por Dios!. No han pensado ustedes en esa gente, esos pobres soldados que dejan a sus mujeres e hijos para ira a luchar por su patria, a una guerra de la que quizás no vuelvan, ¡ustedes no han pensando en ellos por el amor de Dios!
¡Un submarino no puede tener cubierta!
No me creo mucho tampoco que algo que va bajo el mar tenga antenas parabólicas en la superficie, pero bueno, tiene un pase, pero ¿cubierta? Ustedes han pensado que un soldado despistado sube a fumarse un cigarro justo cuando se sumerge el aparato, ¿que será de ese hombre? ¿cómo podría afrontar una muerte tan poco heróica? Imagínense a su mujer en el mercado con las demás viudas:
Viuda 1: Pues mi marido murió porque una ametralladora Nazi lo alcanzó cuando intentaba salvar la vida de un compañero
Viuda 2: ¡Ay que heróico!, pues al mío lo mató una granada que iba a estrellarse contra un autobús lleno de niños y mi marido se interpuso, ¿y el tuyo María?
María: a pues nada, no quiero hablar del tema
¡Claro! porque el marido de María ha muerto en una cubierta de un barco que se hizo pasar por submarino. Tengamos un poco de respeto por las fuerzas armadas, ¡por favor!