Recopilación de todo lo que veo, escribo, escucho, hago, siento y quiero... o simplemente me invento.
lunes, 26 de agosto de 2013
Malviviendo, el regreso
Llega una de las mejores series de la historia de Youtube, Malviviendo. La tercera temporada comienza para los que estabais tan ansiosos como yo, si hay alguno que todavía no la conoce... le pueden dar por saco.
viernes, 23 de agosto de 2013
El día del 7 y la noche del Espartano
La historia comenzó a fraguarse hace unos días y el
recuerdo, bien lo sabe Dios, perdurará eternamente. No me cabe duda.
Aunque sabía casi con total seguridad que iba a viajar a
Madrid ayer, no fue hasta el lunes por la mañana cuando se me confirmó
oficialmente. Sí, iba a volver a ver a don Raúl González Blanco sobre el
Santiago Bernabeu una vez más. La emoción de alguien que creció con sus goles y
comenzó a sentir el pálpito del madridismo sobre la fina piel de su corazón junto
al siete de España se acrecentaba como la de un niño en la noche anterior a la
llegada de los reyes magos. Volvía a Madrid, volvía al Bernabeu… volvía a casa.
El lunes por la noche me armé de valor e intenté que el
viaje desde el pequeño pueblo albaceteño de donde partían los dos autobuses
rumbo Madrid fuera lo más completo posible. Probablemente demasiado presuntuoso
por mi parte imaginar que la jugada podría redondearse tanto como finalmente
ocurrió. Me armé de valor y desterré la poca dosis de vergüenza que Dios me
otorgó para enviarle un mensaje privado vía Twitter a uno de los jugadores que
más estima, cariño, aprecio y admiración tengo de toda la plantilla del mejor
equipo de la historia: Álvaro Arbeloa.
Poco podía imaginar mi mente cuando, al día siguiente, la
llamada de mi amigo del alma, Manuel Guillamón, a intempestivas horas de la
mañana me traía de nuevo al mundo de los vivos de más mala gana que otra cosa. Con
los ojos aún entrecerrados, comencé a abrir una a una las notificaciones que mi
teléfono móvil había ido recopilando durante aquella noche. Cual fue mi
sorpresa cuando encontré este mensaje que, espero, no le moleste que publique.
Imagínense ustedes mi alegría, pónganse si pueden en el
cuerpo de un madridista de pro que de se ha de frotar los ojos una y otra vez
para darse cuenta de que sí, que uno de sus ídolos, un campeón del mundo y de
Europa lo invita a conocerlo en el Bernabeu. Si pueden acercarse en una millonésima
parte a esa sensación, podrán imaginar levemente la alegría tan inmensa que
sentí aquella bendita mañana.
Se lo agradecí y aguardé nervioso el paso de las horas hasta
el tan ansiado momento. La espera se hizo larga, no saben ustedes cuánto.
martes, 20 de agosto de 2013
El boli Bic
El examen comenzaba en diez
minutos y él, a diferencia de sus compañeras de clase, no estaba para nada
nervioso. La preocupación por el test existía, pero nunca tuvo esa sensación de
inquietud que sí tuvieron aquellas chicas con carpetas forradas y
apuntes coloreados que habían estudiado mucho más. Siempre pasaría lo
mismo durante el resto de su vida académica y él jamás llegaría a entender porqué.
El timbre anunciaba que ya era el
momento, el estridente sonido del repiquetear del martillo contra la chapa puso
en alerta a un alumnado que enmudecía ante la que se avecinaba. La profesora
entró en clase y advirtió: “no quiero nada encima ni debajo de la mesa, sólo un
bolígrafo y el DNI”. Todos obedecieron exceptuando, por supuesto, aquellos
enamorados de la adrenalina y de las tardes en el parque que se negaban a
memorizar todos los elementos de la tabla periódica y se ayudaban de un trozo
de papel escondido en uno de los bolsillos del pantalón. Pocas cosas más
españolas que las chuletas, qué pesar más grande surca mi cuerpo cada vez que pienso
que hay un día mundial para casi todo y menos para ellas. Injusticia, que diría
Cristiano Ronaldo.
El protagonista cayó en la cuenta
de que su desordenada cabeza había olvidado, una vez más, algo tan fundamental
para la realización de la prueba como el bolígrafo. Con decisión, una pizca de
temor y una gran dosis de desfachatez, levantó la mano y comentó en voz alta: “Profesora,
me he dejado el bolígrafo en casa”. Nadie pareció extrañarse de que así fuese,
ni siquiera la maestra que, más por cansancio psicológico que otra cosa,
contesto desganada: “pues pídeselo a alguien, que ya me tienes muy harta”.
El alumno comenzó a demandar
entre los más allegados un arma con la que defenderse frente a aquel combate que
iba a librarse en pocos segundos. Nadie podía ayudarlo, ninguno de sus compañeros
tenía un bolígrafo de sobra para él y, si lo tenían, la experiencia les había
enseñado que dejarle algo a ese chico implicada casi con total seguridad perder
el objeto para siempre. El chaval se impacientó y por un momento pareció
incomodarse con la situación y preocuparse con la posible expulsión del aula si
no encontraba la solución a su problema. Nadie lo ayudaba, nadie se interesaba
por su pesar y todos parecían omitir de sus mentes que un compañero necesitaba
ayuda. El egoísmo de la especie humana plasmado en un aula de secundaria de un instituto
cualquiera.
lunes, 19 de agosto de 2013
El niño de la hipoteca
Lo conocí el otro día, le escuché cantar, le invité a un cubata y puedo decir que hacía años que no disfrutaba tanto de una canción en directo. Es El Niño de la Hipoteca, y nos deleitó con esto.
He decidido arrancarme la piel
te la mando por correo que sepas que
están ahí los besos que me diste ayer
ya no te debo nada que te vaya bien
lunes, 12 de agosto de 2013
Con tu falda más bonita
Hay faldas que merecerían una poesía, una relato o una canción; hoy os dejo la última opción cantada por 'El Viaje de Elliot' y con la promesa de que pronto pondré mi grano de arena en un homenaje a la prenda femenina por excelencia.
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