Que hermosa eres
Recopilación de todo lo que veo, escribo, escucho, hago, siento y quiero... o simplemente me invento.
jueves, 12 de noviembre de 2009
martes, 10 de noviembre de 2009
Una mente maravillosa
“¡Gracias! Siempre he creído en los números. En las ecuaciones y la lógica que llevan a la razón. Pero, después de una vida de búsqueda me digo, ¿Qué es la lógica? ¿Quién decide la razón? He buscado a través de lo físico, lo metafísico, lo delirante, … y vuelta a empezar. Y he hecho el descubrimiento más importante de mi carrera, el más importante de mi vida. Sólo en las misteriosas ecuaciones del amor puede encontrarse alguna lógica. Estoy aquí esta noche gracias a tí. Tú
eres mi única razón de ser. Eres todas mis razones. ¡Gracias!”
eres mi única razón de ser. Eres todas mis razones. ¡Gracias!”
AQUÍ TENÉIS LA ESCENA
martes, 3 de noviembre de 2009
lunes, 26 de octubre de 2009
Mi nombre
Es cierto que tengo un nombre extraño, fuera de lo común, pero es mi nombre. Juro que no miento cuando digo que me llamo Antonino de Mora Taberner.
Durante muchos años he sufrido en silencio, cual hemorroide, el terrible castigo de tener que repetir, e incluso deletrear, mi nombre cada vez que tenía que hacer algún documento oficial (muchas otras veces mandar cambiarlo, en el carnet de conducir, por ejemplo). No sé que grave pecado cometí en la vida anterior, pero lo he pagado con creces en ésta. Debe ser una tortura de los dioses griegos, que esos eran mu joputas y se descojonaban de la gente puteándoles de por vida
Me han llamado Antonio de la Mora (http://www.abc.es/hemeroteca/historico-29-10-2007/abc/Opinion/cartas-al-director_1641242673913.html)
Antolino
Antoñito
Tonino
Antón etc. etc.
Y ya cuando creía que a mi padre y a mi no se nos podía llamar de otra manera distinta a las que ya había oído en mis 22 años, voy el otro día al Ikea a por un espejo y veo esto:

Antonido de Mora
Efectivamente, me quedan todavía mucho que ver y oír en mi vida
Durante muchos años he sufrido en silencio, cual hemorroide, el terrible castigo de tener que repetir, e incluso deletrear, mi nombre cada vez que tenía que hacer algún documento oficial (muchas otras veces mandar cambiarlo, en el carnet de conducir, por ejemplo). No sé que grave pecado cometí en la vida anterior, pero lo he pagado con creces en ésta. Debe ser una tortura de los dioses griegos, que esos eran mu joputas y se descojonaban de la gente puteándoles de por vida
Me han llamado Antonio de la Mora (http://www.abc.es/hemeroteca/historico-29-10-2007/abc/Opinion/cartas-al-director_1641242673913.html)
Antolino
Antoñito
Tonino
Antón etc. etc.
Y ya cuando creía que a mi padre y a mi no se nos podía llamar de otra manera distinta a las que ya había oído en mis 22 años, voy el otro día al Ikea a por un espejo y veo esto:

Antonido de Mora
Efectivamente, me quedan todavía mucho que ver y oír en mi vida
viernes, 23 de octubre de 2009
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)