martes, 27 de noviembre de 2012

La página 210

Un fragmento de 'La Sombra del viento' de Carlos Ruiz Zafón, concretamente de la página que menciona el título de esta entrada. Disfrutadla

- No tienes derecho a decirme eso, Daniel. Tú no me conoces.
- Dime que estoy equivocado y me iré. ¿Le quieres?.
- No lo sé – murmuró por fin – No lo sé.
- Alguien dijo una vez que en el momento en que te paras a pensar si quieres a alguien, ya has dejado de quererle para siempre – dije.
- ¿Quién dijo eso?
- Un tal Julián Carax.

(…)
-         - Oye, de lo que te he dicho antes – dijo de repente sin venir a cuento – no le dirás nada a él ¿verdad?
      - Claro que no. A nadie
      Rió nerviosa
      - No sé qué me ha pasado. No te ofendas, pero a veces una se siente más libre de hablarle a un extraño que a la gente que conoce ¿Por qué será?
Me encogí de hombros
- Probablemente porque un extraño nos ve como somos, no como quiere creer que somos
- ¿Eso es también de tu amigo Carax? 
 - No, eso me lo acabo de inventar para impresionarte. 
 - ¿Y cómo me ves tú a mí?
- Como un misterio
- Ése es el cumplido más raro que me han hecho nunca
- No es un cumplido. Es una amenaza 
- ¿Y eso?
-Los misterios hay que resolverlos, averiguar qué esconden
- A lo mejor te decepcionas al ver que hay dentro 
 - A lo mejor me sorprendo … y tú también

viernes, 23 de noviembre de 2012

Son mis amigos

Los compañeros de Punto de Encuentro, donde tengo el privilegio de colaborar en ocasiones, me publican hoy un artículo en el que intento hablar de la crisis fuera de las cifras y centrándome en las caras. Os lo dejo a continuación

Hablar de crisis en cifras económicas es algo de lo que todos estamos ya más que cansados. Los datos, los números, los balances, los porcentajes y las encuestas son fríos como la nieve, distantes como la más lejana de las estrellas. La crisis tiene detrás de esas cantidades miles de caras, de pensamientos, de desilusiones, historias que hacen emocionarse, cabrearse, llorar y sobre todo, pensar qué injusto es toda esta situación para la mayoría de personas que ni siquiera saben qué es la prima de riesgo o las consecuencias de un rescate económico. Eso es lo que fastidia.
En los últimos tiempos, los desahucios han sido la cara más amarga de la crisis, una de las gotas que está colmando el vaso de la paciencia de 45 millones de personas en este país. Es ahí, cuando se ve la muerte de una mujer a la que le quitan la casa o cuando sales a la calle y ves cada vez más indigentes sin nada que llevarse a la boca y durmiendo en cartones, cuando comienzas a acordarte de los familiares más cercanos de toda esa chusma que nos ha llevado a esta situación. Sin embargo, a pesar de que tenemos en las calles de todas nuestras ciudades pruebas fehacientes de la crisis, hoy os quiero contar una historia cercana, la que me ha pasado a mí y a mis amigos y la que nos mantiene a todos cada día muy cabreados con el escenario actual.

Para leer más AQUÍ

martes, 13 de noviembre de 2012

Y entonces se dieron cuenta de que no había esperanza

Sus amigos lo reunieron en torno a cinco cervezas, como siempre que había que hablar seriamente con alguno del grupo. Estaban preocupados por él, ya no se le veía tanto como antes y hacía tiempo que no salían juntos.

- Os prometo que eso va a cambiar, es que últimamente estoy algo mal. Os pido perdón...

Todos se quedaron pasmados, lo habían notado cambiado pero no imaginaban que estuviera tan mal como aparentaba. Se le notaba cansado, tenía ojeras de haber dormido poco, se encontraba algo más delgado que de costumbre pero, extrañamente, tenía buena cara.

- ¿Qué ocurre? - preguntó uno.
- ¿La familia? ¿problemas de dinero? - comentó otro
- No, nada de eso - respondió él - el amor.

Todos rieron. Era bien sabido que él se enamoraba demasiado a menudo, casi cada mes.
- ¿Otra vez te has enamorado? - preguntó otro de los presentes antes de dar un trago a su bebida - ¿Cuántas van ya este año? ¿seis o siete?

Las risas aliviaron la leve tensión que unos minutos antes había aflorado en el ambiente. Bebieron y pasaron a esperar la reacción de él, que siempre dejaba caer finalmente que la chica en cuestión no le importaba mucho. Pero esta vez no fue así.

- Venga - dijo preocupado el que aún no había hablado - ¿Qué tiene esa nueva conquista? ¿es lista, está buena, tiene dinero?
- Es que... es que creo... creo que es perfecta.

Se hizo el silencio. Todos se miraron a los ojos y entonces se dieron cuenta de que no había esperanza... lo habían perdido para siempre.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Spotbros y su puta madre

Estaba yo aburrido (como ya os habréis dado cuenta) esta mañana en casa cuando (como ya os habréis dado cuenta) me he descargado una nueva aplicación para Android. Se llama Spotbros, una nueva plataforma de mensajería instantánea parecido a WhatsApp y que parece que va a ser mejor que ésta. 



Cuando me la he bajado (como ya os habréis dado cuenta) me he puesto a indagar un poco sobre su funcionamiento y (como ya os habréis dado cuenta) SIN QUERER (palabrita del niño Jesús) he invitado a toda mi agenda, no la de Facebook como yo pensaba, sino por un mensaje de WhatsApp. Cuando me he dado cuenta, tenía a sesenta contactos hablándome a la vez. Sin embargo, siempre hay que sacar el lado positivo de las cosas y yo, por supuesto, lo he hecho. 
Esta gran cagada me ha servido para darme cuenta de que tengo cuatro tipos de contactos/amigos en el teléfono, que paso a describir inmediatamente:

1) Amigos que me conocen y que ya sabían antes de que yo lo dijera que la había cagado. Me lo han hecho saber gracias a mensajes como "¿Qué cojones has hecho?", "Ya te has bajado alguna mierda", "Deja el porno online que mira lo que pasa" etc etc etc.

2) Los amigos cabroncetes que no me tenían agregado (a mí, el puto amo del mundo... sí sí, yo también estoy flipando aún) y que me han escrito cosas como "perdona, pero se me borró tu número", "me cambié de móvil" o "¿quién cojones eres y por qué me mandas esta mierda?"

3) Los amigos confiados y a los que más tengo que querer. Esos que sin haberlo siquiera pensado un segundo han descargado el programa y han enviado sin quererlo y cometiendo el mismo error que yo, la mierda de la invitación a toda su agenda, generando un bucle infinito tipo Andy y John del Messenger, o las cadenas de "si no mandas este mensaje a mil personas se te caerá el pene al suelo carcomido por una termita brasileña"

4) Alberdi. Un gran y querido amigo, perteneciente al grupo Jack Knife que ya de paso a promocionar, son cojonudos y los tenéis por ejemplo AQUÍ, y que, al leer el mensaje, me contesta: "Anto, si quieres rollo dímelo directamente". La gran frase de la mañana

Pues nada, de una gilipollez cualquiera he sacado una actualización del blog y es que así soy yo amigos, un gran gilipollas

Abrazos y ... ¡¡¡Viva Spotbros!!!

jueves, 8 de noviembre de 2012

Me he comido tus caramelos...otra vez (y más cosas)

Como ya hice el año pasado, os pongo (esta vez por cortesía del gran @marcoslosalta) el vídeo de un programa norteamericano en el que putean sin cesar a los niños. En él, los padres les dicen a sus hijos que se han comido sus caramelos de la noche de Halloween. Las reacciones no tienen desperdicio.



Sin embargo, este año me quedo con un caso en particular, lo tenéis en el minuto 4:23. Su madre le dice, como al resto de los que salen en el vídeo, que se ha comido sus caramelos. Durante un segundo, la cara del chaval se contrae y sí, como el resto de niños es probable que se haya cagado en su madre (nunca mejor dicho) pero inmediatamente después, tan sólo un segundo después, cambia su gesto y le contesta a mamá: 

-It´s allright (está bien) I just want you to feel happy (yo sólo quiero que tú estés feliz).

Yo no sé que habrá hecho esa madre ante semejante reacción, lo que sí sé es que a mí se me abriría el ojete hasta dimensiones insospechadas y, seguramente con lágrimas en los ojos, le compraría a ese pedazo de hijoputilla (con todo el cariño de la palabra) media tienda de golosinas, un Ferrari y una casa en la playa. Menudo crack, menudo genio... menudo puto amo.


Y ya para finalizar el post de hoy, os pido un voto para un chico (VOTAR AQUÍ) que no tengo el gusto de conocer pero que, al igual que muchos de nosotros, está luchando por algo, por un sueño. Me ha llegado a través de Twitter y se ve que el chaval en cuestión se ha presentado a un concurso de Freixenet, ha grabado un vídeo y, con toda la ilusión del planeta, lo ha mandado. Es difícil comprender lo que cada uno puede hacer por los demás, compartiendo un enlace, votando por un vídeo o promocionando en el bar a un amigo que acaba de comenzar con un negocio. Esta crisis que nos ahoga sería menos crisis si todos nosotros dedicásemos medio segundo a votar a la gente que lo merece y que dedica su tiempo y su esfuerzo en cosas como esta. Por eso, os pido que ayudéis a este chico aunque sea sólo por esto que dice de su canción:

"Brindo por lo que nos alegra cada día, 
brindo por los ratos con buena compañía,
por nuestros familiares, por nuestras amistades, 
brindo por todos esos momentos tan especiales.
Brindo por lo que consideramos importante,
brindo por lo vivido y lo que viene en adelante.
por esa persona para ti imprescindible
por lo que buscabas y viste que era posible.
Por los buenos momentos y también por los malos,
brindo por el gesto que vale más que un regalo.
Brindo por los cercanos y por los que están lejos, 
brindo porque cada año somos un poco más viejos.
Brindo por todo aquello que lo merece,
brindo porque se cumplan todos los sueños en 2013
Mi vídeo y la botella están por terminar
pero brindo porque lo mejor estar por llegar"

Amén hermano... amén
 

lunes, 5 de noviembre de 2012

#PutoAmo

Se sentaron juntos en la parte de atrás de su furgoneta en aquella noche de invierno. Hacía frío, mucho frío, lo que siempre había sido una muy buena noticia para todas las parejas de la historia de la humanidad. 
Se taparon con una manta vieja y se abrazaron impidiendo al gélido aire que resoplaba tenuemente aquella noche, que se introdujese entre ellos. El la miró, siempre lo hacía, como tantos y tantos hombres al cabo del día ya que era increíblemente bonita. La notaba distinta, más filosófica con la vida que otros días, debía haber tenido una tarde difícil, como todos alguna vez. La apretó más contra sí mismo. 

- ¡Qué mal está todo! - dijo su delicada voz con un tono pesadumbroso
- ¿Y eso ahora? - respondió él intrigado
- Porque sí, porque cada día es la misma historia en los telediarios, en los periódicos, en la radio, en la cara de la gente. La desesperación absoluta, la puta crisis que nos ahoga, que nos está robando el futuro, sobre todo a nosotros, a nuestra generación. ¡Qué mala suerte hemos tenido!
- Ya...
- ¿Ya? ¿Es que te da igual? ¿Es que no ves que no tenemos futuro? ¿Es que no piensas en el futuro nunca?
- Sí que pienso - respondió molesto él
- ¿Si? ¿Y qué se supone que ves en él a parte del paro, no tener un duro y vivir asqueado en este país?
- Yo lo veo distinto, siempre he visto un futuro perfecto por muy mal que esté todo. Veo la perfección en el mañana, en mi futuro y sé que así será ¿Por qué? porque tú estás en el.

Y ahí acabaron los problemas, por lo menos durante esa noche.